Page 47 - Carnepress Julio 2024
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distribución del agua. Estos cambios en la estructura causan

       una  pérdida  sustancial  de  agua  (pérdida  por  cocción)  que

       puede  variar  del  15  al  35%  (Pearce,  Rosenvold,  Andersen  y

       Hopkins,  2011).  Las  diferencias  en  las  pérdidas  por  cocción

       observadas entre los estudios pueden estar relacionadas con

       el método utilizado, la temperatura y el tiempo de cocción

       (Aaslyng,  Bejerholm,  Ertbjerg,  Bertram  y  Andersen,  2003;

       Pearce et al., 2011).




       La  reducción  del  contenido  de  NaCl  y  el  período  de

       congelación no afectaron (p > 0.05) la textura (fuerza de corte)

       (Tabla 5). La fuerza de corte varió de 11.4 a 14.0 N. La textura de la

       carne  y  los  derivados  cárnicos  está  influenciada  por  la

       humedad,  la  grasa  y  la  presencia  de  colágeno.  Además,  la

       fuerza  de  corte  puede  variar,  dependiendo  del  músculo

       utilizado, la preparación de la hamburguesa, los ingredientes y

       la especie animal, con variaciones de 8 a 30 N registradas para

       hamburguesas bovinas, de búfalo y de oveja (Carvalho et al.,

       2013a; Silva et al., 2014; Gouvêa et al., 2016).




                                               Análisis sensorial




       La sustitución parcial de NaCl no cambió (p > 0.05) el color,

       aroma,  sabor,  textura  y  aceptación  general  de  las

       hamburguesas de carne de res. Los atributos de color y aroma

       recibieron puntuaciones entre 6.5 y 6.8 (Tabla 6), es decir, entre

       'Me  gustó  ligeramente'  y  'Me  gustó  moderadamente'.

       Resultados  similares  fueron  observados  por  otros

       investigadores  para  hamburguesas  de  carne  de  res  con

       reducción de sodio (Carvalho et al., 2013a; 2015). Sabor, textura

       y aceptación general recibieron puntuaciones superiores a 7,

       entre 'Me gustó moderadamente' y 'Me gustó mucho'. Por lo

       tanto,  las  hamburguesas  fueron  bien  aceptadas  por  los

       consumidores  (Dutcosky,  2011).  Según  otros  estudios  de

       Carvalho et al. (2015) y Tobin, 'O'Sullivan, Hamill y Kerry (2012), la

       reducción  del  contenido  de  NaCl  hasta  un  50%  no  ha



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