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en el metabolismo energético, el transporte de oxígeno y la síntesis
       de ADN. El hierro también participa en el desarrollo del hipocampo, la

       mielinización  y  la  producción  de  neurotransmisores,  como  la

       dopamina, la serotonina y la norepinefrina. La deficiencia de hierro no
       solo provoca anemia sino que también reduce la síntesis de ácidos

       grasos  esenciales  afectando  doblemente  el  funcionamiento

       cognitivo. Por lo que se debe fomentar una ingesta adecuada y hierro

       en la dieta durante el embarazo y la vida postnatal hasta la edad
       adulta.




       El  zinc  es  otro  micronutriente  que  participan  en  el  desarrollo  y

       funcionamiento del sistema nervioso central, asociado a múltiples
       enzimas  responsables  del  funcionamiento  del  cerebro  y  la

       regulación de neurotransmisores. La deficiencia de zinc durante el

       embarazo y la primera infancia se han asociado con déficits en el
       desarrollo, bajo aprendizaje, baja atención, problemas de memoria y

       cambios en el estado de ánimo.



       Los niveles de yodo pueden afectar el desarrollo cognitivo desde

       etapas previas a la concepción, durante la gestación y después del

       nacimiento. Este elemento se encuentra asociado a las hormonas
       tiroideas tiroxina y triyodotironina, este micronutriente participa en la

       diferenciación del tejido neural en el cerebro prenatal y determina el

       número de células gliales para la producción de la vaina de mielina
       después del nacimiento. Un bajo nivel de yodo urinario materno a los

       3,3 años antes de la concepción se ha asociado con una baja función

       cognitiva general en la infancia a los 6-7 años. En la etapa posterior al

       nacimiento, el yodo presente en el calostro y la leche materna sigue
       desempeñando un papel en el desarrollo neurocognitivo.




                                                      Vitaminas



       Dentro del grupo de las vitaminas, podemos mencionar a la vitamina

       A, la vitamina B12 (cobalamina), el ácido fólico y la vitamina D que son

       reconocidas por su influencia en el desarrollo cognitivo temprano.
       Las deficiencias de estos micronutrientes en los primeros años de

       vida pueden conducir a alteraciones en el sistema nervioso central.

       La  deficiencia  de  vitamina  A  en  modelos  animales  genero  una
       reducción  de  la  expresión  de  receptores  retinoides  cerebrales  y

       deterioro de la memoria. Los retinoides cerebrales se asocian a la



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